21 días con los cinco sentidos – Parte II

Vengo a haceros una pregunta…¿hacéis deporte?…ya en otras ocasiones hemos hablado un poco por encima de esto, y os he manifestado claramente, que soy más bien perrilla en este aspecto, pero últimamente, me estoy preguntando…que es lo que hace que te enganche el deporte, o más bien…que es lo que hace que lo abandones.

 

Veréis, la ciencia demuestra que mientras hacemos una actividad física, nuestro cuerpo segrega una serie de hormonas que, literalmente, nos dopan y drogan, para hacernos sentir mucho más felices….la serotonina disminuye los estados depresivos, la dopamina, está relacionada con los vicios, y nos deja una sensación tan placentera, que hace que queramos volver a entrenar y las endorfinas son un analgésico natural, que nos da la sensación de alegría, felicidad, y euforia… dicho así, es lógico y normal, que el deporte enganche y nos haga más felices, entonces…¿¿por qué lo abandonamos??

He llegado a pensar, es que debido a la vida estresante que llevamos…bueno, voy a hablar en primera persona, a la vida estresante que llevo, y a la falta de tiempo, por lo tanto, también es normal, que en cuanto me llega una temporada de estas, que estoy a tope de cosas por hacer, lo primero que elimine, sea el deporte … pero después me digo … “venga ya Lucía, no te engañes, quitas el deporte porque te da la gana” …porque, seamos sinceros, hay dos maneras de que una actividad sea inamovible para tí…una, que lo desees por encima de todas las cosas, por ejemplo…un café con amigas, una cenita, una fiesta, un concierto, una despedida de soltera…en fin, cualquiera de estas cosas, son consideradas inamovibles, y ya pueda caerte un rayo, que eso es sagrado…y la otra es que, por una imposición mental, eso sea obligatorio…ir a clases de inglés, una cita médica, hacer la compra…en fin , de una manera u otra, sea cual sea el caso, hay cientos de actividades en nuestra vida diaria, que sin gustarnos demasiado, las consideramos obligatorias, y las hacemos de manera mecánica sin tan siquiera darnos cuenta, o al menos, sin plantearnos el desechar dicha actividad, entonces….¿¿porque no hacemos lo mismo con el deporte, o más bien, por qué no hago lo mismo con el deporte??

Conozco a muchísima gente, que se levanta a las 5 de la mañana para que le dé tiempo a ir al gim, o que a las diez de la noche están en una clase de spinning, y no, no llevan vidas más tranquilas u ociosas que yo, es simplemente, que para ell@s, el deporte es inamovible….entonces, ¿¿ cuál es mi problema?? ¿¿ qué me pasa con las actividades físicas, que siempre acabo dejándolas?? Porque, a expensas de hacerme un chequeo completo, supongo que mi cuerpo segregará exactamente lo mismo que el de los enganchados al deporte, no??

Algunas personas, me dicen que es porque no he encontrado mi deporte, que tengo que buscar una actividad que me guste…y siento tener que discrepar un poco en esto…durante un tiempo, estuve haciendo body combat, y me encantaba, bueno más bien, me flipaba, eso de descargar mi ira contenida al ritmo de la música, era lo más, era indiscutiblemente mi actividad deportiva…y también es cierto, que me encontraba genial, física y mentalmente…estaba a tope…pero no recuerdo que pasó, que lo dejé…probablemente cambié de trabajo o de horarios, pero el hecho es que, fue lo primero que abandoné.

A veces, para auto-consolarme, me digo a mi misma… “esto tiene que ser genética, sí genética…que hay gente que es más activa y otras que, como yo, pueden vivir toda una vida tiradas en el sofá o estando de tapeíto por ahí, sin echar de menos nada más”…pero no, vuelvo a engañarme…sí necesito encontrarme mejor…y no hablo de gordura ni nada parecido, hablo de encontrarme bien, porque me encuentro pesada, torpe y lenta…cada uno de mis movimientos es un “ ay” , y eso de montarme en el choche, es igualito igual, que si se montara una señora de ochenta años.

Necesito encontrarme mejor, necesito sentirme más fuerte y enérgica…me falta chispa y ganas de vivir…y con ganas de vivir me refiero a tener ese bienestar interior que hace que vivas con alegría y entusiasmo casi cualquier cosa…me encuentro apagada, y el levantarme por la mañana, es como un documental de La2 en el que sale, un día cualquiera de un perezoso.

Y dado que quiero y necesito encontrarme mejor, física y mentalmente, era imposible no pensar en el running…sí, ese deporte que se ha puesto de moda y que tiene una legión de adeptos enganchados a sus excelencias… ¿que tiene el running?…que tiene este deporte que todo el que lo practica parece haber entrado en una secta y que, tras una sesión de darse patadas en el culo, parece haberse tomado un tripi de euforia y optimismo…

¡¡¡por dios!!! ¡¡¡yo quiero un tripi de esos!!! ¡¡¡pero qué os pasa después de correr, que entráis en catarsis!!!

Hace un par de días, vi un video de Isasaweis (que podéis ver aquí), en el que habla de esto mismo…habla del running y de lo que, después de varios intentos, por fin consiguió engancharla. En él dice, que lo que consiguió engancharla definitivamente, fue un cambio en la motivación…comenta, que las anteriores veces que intentó engancharse al running, su motivación principal, era la de adelgazar, pero que esta vez, era la de encontrar ese punto mágico y único que tiene el running. Isa dice, que tenía claro que había algo maravilloso en este deporte, pero que no lo había conseguido encontrar y, finalmente, lo ha encontrado…por lo visto, eso tan genial es, la desconexión total con el mundo…

Con el running se logra una conexión profunda con tu yo interno, la cual eres incapaz de tener en tu vida cotidiana…estás tú sol@, solo tú, sol@ con tu mente. Isa también dice, que llega un momento que tu cuerpo, no es el que te obliga a parar, y que ese momento es maravilloso…ella empezó con las típicas series para comenzar a correr, del tipo andas cinco minutos y corres uno, hasta que, con tan solo 20 salidas, ha conseguido correr unos diez kilómetros.

Y ahora digo yo, si Isa, con tan solo 20 veces, has corrido esos kilómetros, me tiene que llevar ventaja en esto de la resistencia física, porque yo después de 20 intentos, seguiría con la serie de ando cinco minutos y corro uno y, por supuesto, muriéndome en ese minuto porque, yo al igual que ella, he intentado cientos de veces eso de salir a correr, y lo siento, pero no le encuentro el rollo…y mira que mi motivación en muchos de los casos no era la de adelgazar, si no la encontrarme bien…pero no, que va…cuando empiezo a correr siento que muero, vamos, que ni de coña soy capaz de pensar en otra cosa, que no sea en los mensajes que me está mandando el cuerpo, de muerte inminente… y sí, hago eso que dicen de “cuando sientas que no puedes más, corre un minuto más y ya podrás hacerlo durante horas”…pues eso conmigo no funciona…cuando he sentido que no podía correr más, he seguido, y durante todo el tiempo que he seguido, he sentido que moría, por lo tanto de placentero nada…

Tampoco le he encontrado el rollo a eso de ir sola con mis pensamientos, porque primero; me aburro como una ostra… dos; mis pensamientos son: “¡¡¡quieres parar ya, que te vas a morir!!!”… y tres; si me quedo sola con mis pensamientos malo, porque me pongo a pensar en lo que podría estar haciendo en vez de estar ahí martirizando mi cuerpo, total, que algo pasa en mí, que desecha el deporte como un vampiro la luz, y que como no sea, con un entrenador personal que llame a mi puerta todas las mañanas, despertándome con gritos militares, con toda probabilidad, yo pondré mil y una excusas para hacerme la remolona, y no entrenar.

Por eso… “¡¡a Dios pongo por testigo, que jamás me volveré a ahogar al subir unas escaleras!!”… lo tengo claro, igual que Isa, voy a conseguir encontrarle el rollo a esto del deporte…voy a poner todo mi empeño, mi fuerza y mi energía, por llegar a tener una buena forma física, por volver a encontrarme vital y activa, por ser una persona saludable y #atopedepower…no sé si mis rodillas lesionadas, me dejaran que sea con el running, pero no importa, con lo que sea, encontraré la manera de disfrutar de él, igual que hice con el vino.